domingo, 29 de abril de 2018

Yamni Aiwanaman "Bienvenidos"



Ubicación Etnia Tawahkas

Los tawahkas son uno de los grupos indígenas que habitan en riberas del rió Patuca en el departamento de Gracias a Dios y parte del departamento de Olancho en Honduras y en la Costa Atlantica de Nicaragua. La región que comprende el departamento de Gracias  Dios se conoce como La Mosquitia.

Tierra adentro de la costa de La Mosquitia viven los Tawahkas. La mayoría de ellos reside en la aldea de Krausirpe, ubicada en la marguen derecha del Patuca (viniendo rio arriba desde Wampusirpe) y en la desembocadura del rió Wampu. La única vía de comunicación de esta comunidad es el rió Patuca.

En la Reserva Tawahka, existen de 800 a 1,000 Tawahkas, aunque es imposible precisar un numero exacto, pues desde 1974 no se han efectuado censos poblacionales sobre las comunidades indigenas del pais. los datos presentados son aproximados. En total, se estima que su numero (los de Nicaragua y Honduras juntos) es de 14,000 aproximadamente. Sin embargo, las siete comunidades que constituyen este grupo en Honduras: Krausirpe, Krautara, Dimikian, Yapuwas, Kamakasna, Wasparasn, Santa Marta y Odilio Parada, albergan 704 personas.

A la Región habitada por los Tawahkas se le conoce como Patuca medio, el la Biosfera Tawahka Asangni, que esta situada entre los departamentos de Gracias a Dios, Colon y Olancho y forma parte de la sección Hondureña del corredor Biológico y Cultural Mesoamericano, la segunda reserva de bosque mas grande del continente.

La Biosfera Tawahkas Asangni es una zona de 233,000 hectáreas de bosque tropical lluvioso, declarada zona protegida el 21 de Diciembre de 1999, por el Congreso Nacional de Honduras, bajo decreto No. 157-99.



Situación Social 


Puede afirmarse que, en términos generales, entre los tawahkas no existe una estratificación y diferenciación social.  Ellos conservan inalterables los sentimientos solidarios e igualitarios.  Quizá la influencia externa a la que han sido sometidos revele alguna diferenciación social, pero en la práctica son bastante solidarios.  Entre los tawahkas los lazos familiares son muy extensos.  En Krautara, por ejemplo, un 90% de la comunidad está emparentada.

Conservan inalterables las formas tradicionales del matrimonio.  Los padres determinan el futuro de sus hijos, mediante el acuerdo verbal entre los padres cuando los hijos están aun en la niñez o en la adolescencia.  En tal sentido, entre las familias ocurre un acercamiento natural y una serie de condiciones que posibilitan la prematura aspiración familiar.  Llegado el momento de la unión conyugal, se efectúan los preparativos, desarrollándose una simple ceremonia de entrega, acompañada de consumo de chicha y de una comida tradicional, conocida entre ellos como “comilona”.

Sin embargo, en casos excepcionales, se practica el matrimonio civil, el que acostumbran muy poco, quizá por las dificultades que el mismo implica: oneroso traslado a la cabecera municipal de Brus Laguna, de 8 a 10 días en pipante por el rio, más las inclemencias de la naturaleza.  En fin, ellos prefieren sus hábitos tradicionales de desposamiento.
El recurso más importante para la supervivencia de los tawahkas es la tierra donde viven y el bosque que la puebla.

El problema que se presenta es el de la migración campesina hacia esa zona, ya que estos grupos mantienen costumbres incompatibles con la naturaleza de la zona, las que acarrearan consecuencias desastrosas para el medio ambiente.

Cientos de hectáreas de tierras, a uno y otro lado del rio, se encuentran libres en calidad de tierra nacional, pero los tawahkas consideran que su propiedad comunal se extiende unas 14 caballerías hacia el norte y, tradicionalmente, han tenido la libertad de escoger la parcela de tierra  que desean cultivar, sin ningún obstáculo”.

Por otra parte, quiérase o no, por la influencia foránea, a la que no han podido oponer resistencia, poco a poco, las comunidades experimentan una transformación hacia una economía campesina.  En otras palabras, están pasando de una economía autárquica y comunal a una economía de carácter individual, cuya unidad productiva la constituye la familia nuclear.  Este es un proceso largo, no se ha dado de golpe.

En términos jurídicos, el tipo de tenencia no está del todo definido; pero en términos geográficos ya se ha logrado una demarcación.  La región se caracteriza por carecer de ceros limítrofes.  Algunos campesinos ladinos han cercado tierras que, según ellos, “les pertenecen”, lo que ha valido para que el INA asuma el problema con preocupación


Situación Económica

Los tawahkas están estrechamente vinculados con la tierra. La principal actividad económica que han realizado a través de su historia es la agricultura de subsistencia, utilizando tecnología tradicional. La dieta es complementada con la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres. La unidad productiva de la etnia es la familia, principal grupo generador de la fuerza de trabajo. El trabajo agrícola lo realizan en los trabajaderos, por lo general, a la orilla del río.

Algunas veces frente a las aldeas y otras, río arriba, a varios kilómetros de distancia de los poblados. Los hombres tawahkas participan en la construcción de pipantes (especie de canoas). Actualmente, el segundo semestre de cada año, de Junio a Diciembre, los tawahkas se ocupan de la extracción del látex del árbol sapotáceo llamado chicle, esta actividad productiva se ha visto disminuida por la escasez de compradores. Entre las actividades de remuneración económica está la antigua práctica del lavado de oro sobre las veras acuíferas del río Patuca. Vale la pena mencionar que en los años 30, muchos tawahkas realizaban actividades asalariadas en plantaciones de banano, cerca de sus poblados.

Las mujeres, al igual que los hombres, trabajan en la siembra, la limpieza y la cosecha de los diversos productos.  Parte de la cosecha es vendida, a bajo precio, a los comerciantes misquitos y a los intermediarios ladinos (coyotes) que llegan hasta las comunidades.

                                                                                 Caza



Algunos indígenas se quejaban del escaso rendimiento (en los últimos años) de la producción de cacao y maíz por la falta de fertilizantes, las plagas y los fenómenos naturales.

El uso de la tierra varía según las necesidades.  Acostumbran sembrar granos básicos: arroz, frijoles, leguminosas, tubérculos, etc.

El área de cultivo es variable y depende de sus necesidades y de su voluntad de trabajar.  Además, depende del número de miembros de una familia.

El volumen de producción es bajo; generalmente, solo producen para el consumo y, si hay un excedente, se vende a comerciantes intermediarios.  Según conocedores, las tierras en que se localiza este grupo son de vocación agrícola y forestal; debida a la alta pluviosidad, su rendimiento es óptimo y se podrían lograr tres cosechas por año.

El pequeño productor tawahka, es aquel que produce un excedente de producción comercializable de café, maíz, frijoles o arroz, pero nunca maneja grandes cantidades y su vinculación con las empresas agro exportadoras no es directa, ya que no tiene capacidad para transportar sus productos.


                                                                Cultivo de Banano 


                                                               Cultivo de Cacao